te la regalaré

La física y la filosofía caminan de la mano.

En mi bendito refugio, que poco a poco estoy comenzando a ver como mi hogar, seguro que cuando llegue a verlo del todo, será cuando me marche. Habitación, cocina y baño. Sin pasillos sin salón…todo a mano. Echo de menos el salón, pues congregar toda la vida hogareña en una habitación puede convertirse en un autentico caos. Hoy podría escribir sobre muchísimas cosas, pero esta vez se quedarán en el tintero, la teletransportación cuantica me obliga a abstraerme de los sucesos en mi vida diaria.

Cada día es simplemente un día más, pero el mundo me recuerda que hay fechas.

Mañana es el día del Pilar, sería el día de ella, el día del Pilar que me falta. Cumpliría 65 años. Me duele escribir de esto y escribo lento muy lento.
Solo unos restos de huesos quedan en el cementerio, los huesos que me transportaron durante los primeros 9 meses de mi vida. Ya no tengo que escoger un regalo para ella, ahora siempre está claro, unas flores en el cementerio.
Caían gotas, gotas resbalaban por el mármol negro del nicho mientras colocando las flores yo le contaba de mí.
Ella nunca me responde.
Solo densas emociones.

Las gotas eran sus lágrimas, por verme allí, por verme así.

Se inundaron mis ojos ante el insistente goteo del nicho, me paralicé…mirando hasta que cayó la última gota, donde presentí el por qué había sido aquel llanto: no le gustaba mi regalo.

Y lo supe claro…
que cabe otro regalo
el único que lo sería realmente
el único que ella quiere:
Mi Felicidad.