viernes, 13 de noviembre de 2009

13 de noviembre

Fue como una pedrada o latigazo en mi gemelo. Contractura- rotura de fibras. Para colmo el viento dobló mi paraguas…empapada y con la pierna arrastro. Un día más, simplemente un día más, en el que de la forma más tonta se descoyuntó algo en mi gemelo. Sé que es viernes trece pero eso me da igual, no me da igual sin embargo, que sea 13 de noviembre.

En el 2001 coincidió en martes y 13. Tantas noches que pasas en tu vida… solo unas pocas permanecerán en tu memoria, como para mí aquella noche, martes 13 de noviembre de 2001. Hoy hace ocho años. Para mí fue el comienzo de una nueva vida, una nueva visión, la vida con su ausencia, una ausencia que me acompañara hasta que muera. Yo era demasiado joven e inconsciente, que en lo de inconsciente poco he progresado, pero entonces lo era más. Luego me anclé a una ilusión, ignorando lo ocurrido y tal vez, mi propia vida. Ni antes ni después, quise ver lo que sucedió aquel día. En alguna ocasión lo había imaginado como un rostro oscuro, feo, horroroso, frío, tenebroso, malvado… un rostro que me daría pánico, que no soportaría mirar directamente…mi imaginación lo cubría con un trapo que a veces se destapaba para enseñarme trozos de esa cara que me era inaguantable. No fui capaz de quitar el trapo y mirar directamente al rostro de la muerte. Así, aún cuando era más que evidente, yo me resistía a pensar que moriría y que una vez que lo hiciera, sería para siempre. La morfina la separó de mí unos días antes del martes, yo ahogaba mis lágrimas por su ida y la imposibilidad de comunicarme con ella, salvo algunos momentos, en que se despertaba…pero el dolor que su cuerpo sufría también resultaba un muro difícil de franquear.

Le costó morir.

Unos minutos antes una enfermera me preguntó si quería una tila o tranquilizante. La miré y negué con la cabeza… yo estaba tranquila, agotada de dormir tantos días en el sofá, pero tranquila. Tranquila por mi inconsciencia….Pero ¿y ella? … como estaba…COMO?! Inaccesible.
Una herida enterrada. Un salto, un paso. No puedo profundizar mucho en este tema, porque tal vez llegase a lo profundo donde se haya esa herida y hurgar ahí no es bueno, produce en mi interior rojos torrenciales que arrastran perlas diamante rasgando mi piel.

Te he extrañado en tantas ocasiones, y si cabe más, ahora, en este tiempo en el que las más de las veces me encuentro tan perdida, como si tu mano, tus palabras y tu abrazo…fuesen las únicas de devolverme al camino de la vida, de salvarme, de darme calor en el frío de estos días y de mitigar este dolor de gemelo…

El cordón umbilical se rompió para siempre… la M con la A, hace... una palabra que no utilizaré nunca más.

viernes, 6 de noviembre de 2009

A ti, te estoy hablando a ti.




Si hay sumideros por donde colarse por los despachos de mi misma, de mi corazón y mi razón. Ahí estoy yo. No te mientas, me digo, sea cual se la verdad, nunca la encontrarás. ¿pero que demonios te pasa? Levanta la cabeza y espabila ya. Sal de ti misma, de tus callejones oscuros sin salida. Seca tus lágrimas. Abandona estas habitaciones desoladas…que la verdades salen muchas veces del menos indicado para hablar. Tortugas que corren.
Dime de que presumes y te diré de que careces…pues tanto debe ser lo que yo tengo que no consigo verlo, que carecer, carezco de todo… pero podría presumir de crisis mental, emocional y economica

Tendré que hablarle a esta mujercita que duerme dentro de mí… solo un rato más a solas con ella

déjame sóla conmigo,
con la íntima enemiga que malvive de pensión en mi corazón,
lal recelosa, la fugitiva, la más oscura de los dos,
la pariente pobre de la duda.
La que siempre se desnuda sin desnudarme yo,
la caprichosa, la orgullosa,
la otra, la cómplice traidora.

A ti te estoy hablando, a ti, que nunca sigues mis consejos,
a ti te estoy gritando, a ti, que estás metida en mi pellejo,
a ti que estás llorando ahí, al otro lado del espejo,
a ti que no te debo, más que el empujón que esta tarde
me llevó a escribir este post.


***
No he vuelto a por más abrazos, quizas hoy sea un buen día. Los viernes siempre me gustaron más. He de acorazarme de alguna manera para acercarme a los demás, qué ironía, no?