lunes, 24 de enero de 2011


Una lágrima mancha violeta recorre mi rostro.
Tinta margarita, margarita de mi vida.
Tú no sabes pasaxeira, tú no sabes. Enloquecerás y tus temores se harán realidad. Se te olvidó abrazar tu corazón, mirar aquella foto de la delgada niña morena y quererla.
Amor, por qué?
Su mirada atraviesa el aire diciéndome…diciéndome algo.
¿Donde dejé mis letras? ¿Dónde me estoy dejando y a donde me estoy llevando?
Bajó su mirada pensando, buscaría en todos los libros, leídos y no leídos.
Ya no hay letras, ya no está ella, delgada niña morena.
Violeta que manchó el pétalo, se hizo flor. Flor de orquídea.
Hay una nube gris que siempre me rodea a donde quiera que vaya. El mundo me da unas huellas donde yo me hundo. Suscito, predico… un silencio que sin romperse rompe mi tiempo.
¿y mis letras?
Rotas en el silencio.

lunes, 10 de enero de 2011

Creo que mi montaña me sana, aunque hoy sus horizontes estén más grises que verdes, da igual, me sana.
Es extraña esta enfermedad mía, muy extraña.

Comienza la cuenta atrás para que terminen las obras de la casa, y me tarda, me tarda muchísimo, aunque la decoración final sé que me estresará enormemente. Las dudas e indecisiones generan en mí un malestar insoportable.

Sigo sin estar bien, la desgana gana la batalla la mayor parte del tiempo. Las conclusiones a las que llego, como siempre, es que tengo que cambiar de vida o cambiar yo…no sé cual de las dos opciones será menos dificultosa o más conveniente…