Querido blog, ojala pudieras hablarme, ojala pudiéramos entre los dos discernir. Sabes, te estoy queriendo contar tantas cosas que no sé por donde empezar. Ojala pudieras protegerme de alguna manera. El mundo de ahí afuera acojona un poquito.
De alguna manera parece que las cosas que es mejor que no pasen, pues no pasan. Y pasan otras, blog, ¿tú ya sabías eso? Debiste de advertírmelo pues, las tantas veces que recurrí a ti en busca de desahogo y consuelo. Pasaxeira no existe, tú lo sabes, pasaxeira solo existe entre tú y yo. Sabes, pasaxeira me da mucha pena, mucha, no te puedes imaginar cuanta. Hoy tengo ganas de llorar por ella…porque es… ¿qué te podría decir de ella? Te podría decir tantas cosas, pero no lo diré, sabes como es, y se emocionará si ve por algún momento lo tanto que la quiero, aunque pocas veces se lo dijese o se lo demostrase, entre ella y yo hay un pequeño rifi rafe que nos mantiene separadas, deberíamos de quitar ese muro e unirnos de una vez para siempre. Creo que soy demasiado cruel con ella, y no se lo merece, no, ella se merece ser feliz, pero es tan volátil, quiere que la quieran pero sin embargo le cuesta tanto dejarse querer, y sufre, sufre en su encerramiento. Ella a veces también me hace daño, sé que lo hace inconscientemente, pero… lo hace, de ahí que estemos separadas. Sé que en el momento que nos unamos, todo eso pasará a la historia. Por favor, blog, házselo saber cuando vuelva por aquí.
A veces nos equivocamos con las personas y nos equivocamos en nuestras decisiones. Hace falta chispa, hace falta algo más, no te voy a dar detalles, tú ya sabes todo esto que tengo en la cabeza que se haría muy largo de reflejar en estas letras.
La bondad me emociona, aunque venga del más tonto del pueblo, o al que dicen que lo es. Solo porque no pueda expresarse con la destreza de otros, no deberíamos de etiquetarlo, porque al final el mismo se lo creerá. Y es así, entre todos creamos tontos, siendo todos una gran panda de tontos. Blog, ¿estoy siendo dura con los mamíferos que dominan la tierra? Puede que sí, pero sabes, es que ellos también los son entre ellos. Por eso los actos de bondad me emocionan, porque sí, y porque en ella me veo reflejada y cuando lo veo…siento pena de mi misma porque veo a una pobre tonta que me gustaría que espabilase de una vez.
Si la incapacidad de sentir amor fuese considerada una disminución psíquica… uf, no te quiero ni contar. Y estoy hablando de amor en general.
Blog no te he contado nada de lo que yo pretendía. Entonces ¿debería hacer esto, lo otro, o lo otro más? Ya sé, voy a confiar en que lo que es mejor que no pase, no pasará. No me doy cuenta en el momento, pero cuando echo la vista atrás, parece que de alguna manera la vida me va protegiendo (pero los palos me los dio igual). Debería de confiar en ello…es bello ¿verdad? Como un sueño de los buenos.
Gracias blog, gracias por hablarme, me has ayudado un montón, y ahora me voy al mundo de ahí afuera y que sea lo que Dios quiera.