Parque de Atracciones Caos 2010 (I)

Me quedan menos de 3 meses para los 34, cómo pasa el tiempo! no me lo puedo creer, si es que he de hacer algo que sea digno de escribir en mis memorias de los treinta y tantos, debería de empezar cuanto antes.

Se supone que soy una mujer libre fuerte independiente autosuficiente buena simpática guapa… en la flor de la vida y que debería disfrutar de ello (dicen mis amigas para levantarme). A veces trato de hacerlo, muy pocas… y esas pocas suelen traer nefastas consecuencias para mi salud mental. He llegado a la conclusión de que hay formas de “disfrutar” que no quiero. Debería buscar algo que me llene realmente, como lo hacen las religiones.
A diferencia del año pasado, salgo más, ya no me siento un bicho raro haciéndolo y en vez de buscar abrazos… bueno, las cosas van cambiando. La verdad, que si me paro a pensar, este año lo catalogaría como el año del parque de atracciones. No, no he ido a ningún parque de atracciones, es más, desde mi viaje a Lisboa en 2008, aún a mi pesar, me muevo dentro de un círculo de apenas 40 km de radio. Esto es Caos 2010 Parque de Atracciones. Atracción tras atracción. Barullo, cada uno con lo suyo, tíos vivos, casas del terror, montañas rusas, troncos en el agua, payasos, cocodrilos y caimanas, divas y divinos…
¡ALTO en el camino, pasaxeira, por Dios ¿A dónde vas? que te me pierdes!

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“si la gente follara más y jodiera menos”, esto lo dice mucho una amiga, y esta fue la que un día, después de escuchar mi letanía, me aseguró que lo que tenía que hacer yo, es follar más. Puede parecer evidente que ese es el único consejo que podría salir de su boca. Yo aquel día ni me paré a pensarlo. Le mostré mi sonrisa de gratitud por su luz y buena fe, aclarándole de paso que la palabra “más” sobraba. Si eso era todo, no me parecía un imposible.

Ingenua de mí… la realidad es siempre la que menos te imaginas… hay despropósitos, despropósitos que convierten las funciones en tragicomedias.