sábado, 3 de diciembre de 2011

Me quedan un par de días para disfrutar de mis 34 años. Lo de disfrutar es un decir, que esta vida se va viviendo y lo de disfrutar, depende del significado que se le dé.

¿Vida mía, donde te has acumulado?

Cada noche sueño las experiencias no vividas en base a fragmentos, pequeños rasgos, de las experiencias sí vividas, y a veces también sueño en base a nada, o eso creo yo.

Estoy que no paro. Todavía no he vuelto a mi casa, y pronto hará dos años que me fui, pero pronto volveré, tal vez. Creo que me he acomodado en una vida revuelta, pero cuando hay alguien a tu lado se vive de otra manera.

A veces me gustaría estampar la mitad de esta sociedad contra la otra media, solo a veces, las veces en la que yo no me encuentro ni en la media ni en el cuarto. ¿Seré yo la rara? Pues sí, cada vez estoy más convencida.

Mundo, nunca te alejes de las estrellas, ni te desdobles de tal forma que si un día mirando al norte en el cielo yo pueda ver Groenlandia.

martes, 22 de noviembre de 2011

Es increíble, este blog sigue aquí y yo no hace tiempo que no lo visito, con lo cual es probable que me olvide de lo que ha pasado en todo este tiempo no escrito.

Tanto me ha ayudado en malos momentos, tanto, tanto que me pregunto si es que ahora me vuelve hacer falta (este blog y su contexto)

¡Qué vida esta! ¿qué será de ti y de mí?

¿qué será, qué es?

martes, 8 de febrero de 2011

Fe

Encontré la serenidad en la mañana, en el madrugón, en la ausencia de prisas, en el café y croisant que tomé en el bar del pueblo mientras mi mirada se perdía más allá de la ventana... en el río, en las farolas, en la vista del parque...en la calma del pueblo donde todo parece transcurrir sin más. Pensé que lo había conseguido al fin, que al fin había recobrado mi punto de bienestar y una sana felicidad. Saboreé el momento, y tambien el café y el croisant.

Pero llegó la tarde y la serenidad se fue al carajo, pues un grano de arena apareció volando. Yo le paré el camino para convertirlo en montaña, cosa que se me da mucho por hacer últimamente, aún yo sin pretenderlo.

No es en sí el grano de arena, no. Es el descampado de mi vida donde ya no puedo controlar las situaciones, y cada golpe de grano de arena no hace más que recordármelo.

Algún día creí en la magia, en la magia de la fe. Debería de ponerla a prueba de nuevo, aún tantas veces fallidas, hoy me parece el último recurso que me queda para no desesperar.

Paciencia caos, paciencia pasaxeira, todo saldrá bien, hay algo bueno con lo que no cuentas a la vuelta de la esquina que te liberará.

Amén

lunes, 24 de enero de 2011


Una lágrima mancha violeta recorre mi rostro.
Tinta margarita, margarita de mi vida.
Tú no sabes pasaxeira, tú no sabes. Enloquecerás y tus temores se harán realidad. Se te olvidó abrazar tu corazón, mirar aquella foto de la delgada niña morena y quererla.
Amor, por qué?
Su mirada atraviesa el aire diciéndome…diciéndome algo.
¿Donde dejé mis letras? ¿Dónde me estoy dejando y a donde me estoy llevando?
Bajó su mirada pensando, buscaría en todos los libros, leídos y no leídos.
Ya no hay letras, ya no está ella, delgada niña morena.
Violeta que manchó el pétalo, se hizo flor. Flor de orquídea.
Hay una nube gris que siempre me rodea a donde quiera que vaya. El mundo me da unas huellas donde yo me hundo. Suscito, predico… un silencio que sin romperse rompe mi tiempo.
¿y mis letras?
Rotas en el silencio.

lunes, 10 de enero de 2011

Creo que mi montaña me sana, aunque hoy sus horizontes estén más grises que verdes, da igual, me sana.
Es extraña esta enfermedad mía, muy extraña.

Comienza la cuenta atrás para que terminen las obras de la casa, y me tarda, me tarda muchísimo, aunque la decoración final sé que me estresará enormemente. Las dudas e indecisiones generan en mí un malestar insoportable.

Sigo sin estar bien, la desgana gana la batalla la mayor parte del tiempo. Las conclusiones a las que llego, como siempre, es que tengo que cambiar de vida o cambiar yo…no sé cual de las dos opciones será menos dificultosa o más conveniente…