viernes, 15 de enero de 2010

Me gustan los higos y las brevas.

Desfilan los días, grises, fríos, rojos, cuadrados, amorfos, lluviosos. He llevado un par de chaquetas de piel a la tienda de segunda mano. Una de ellas no tardó en venderse. La otra se quedo colgada en una percha a la espera. De vez en cuando me acerco por ver si sigue allí colgada o si la fortuna le/me ha sonreído y alguien ha decidido comprarla. Por esta me darán 15 euros (se vende por 30).
De alguna manera creo que un día volveré a ver aquella chaqueta en los hombros de algún tipo. Sí, siento mucha curiosidad por saber quien portea ahora esa chaqueta que pasó años sin uso en un armario de mi casa.
No tengo grandes entusiasmos ni ilusiones, me conformo con ir tirando y rascar por donde se pueda a ver si cae alguna breva, alguna "perrilla extra"...etc, etc

No quería encontrarme con él, me pongo muy nerviosa, inexplicablemente nerviosa y se me nubla todo raciocinio. Pero pareciera el destino más sabio que cualquier especulación caprichosa de una mente inquieta. El azar trae encuentros cuando menos te lo esperas para pillarte tranquila y serena. No llevaba puesta la chaqueta, pero en el momento se me antojó soñar que es él quien la tiene, y que la chaqueta desea volver a casa trayéndose con ella todo lo que lleva puesto. No sé si caerá esa breva, que si mala o buena, solo se sabrá con el tiempo.

¿Te gustan los aguacates?
Nunca los he probado.
¿Te intriga el sabor?
No. Me gustan los higos y las brevas. Me intrigas tú.

En otras ocasiones disimulo cuanto puedo pidiendo a Dios que el rojo no se instale en mi cara. Pero esta vez soy yo, auténticamente yo por unos instantes, perdida en conversaciones laberínticas alternadas con íntimas trivialidades. Me encanta. Tal vez me guste estar perdida, con la idea, la voluntad, de encontrar una salida aunque solo consiga perderme más y más.

¿Alguna vez has comprado algo de segunda mano?
Pues…
No, déjalo, no me respondas.

Porque tú has crecido felizmente en esta ciudad que me cuesta digerir y no por ella, sino por mucha de su gente. Porque somos tan distintos en cultura y tan parecidos en alma. Solo son pensamientos sin orden, extractos de estudiadas ecuaciones de lógicas razonables. ¿where is the dialéctica aplicable a todo esto? Cosida al botón de repuesto de una chaqueta de segunda mano.

Es muy tarde, me voy.
No te vayas.

Se fue, quedando yo misma en el recipiente de mi cuerpo, sonrisa en boca y plumas en el corazón.