jueves, 27 de agosto de 2009

No encuentro las llaves, no me explico donde demonios se han metido. Estoy pensando en cambiar de lugar y de llaves, tal vez las próximas no desaparezcan tan a menudo. Estoy aburrida y aún por encima este riquísimo Ribeiro casero me produce somnolencia. Tuve que llamarle, me dio ganas de aullar cuando contestó al teléfono, pero en lugar de eso salio un balbuceo ingrávido de mi garganta... tal cual una llave desaparecida que obra desde su escondite

jueves, 13 de agosto de 2009

Carta cuento para Alicia

Hola Alicia, ¿como estas? Espero que bien. Te escribo esta carta, pero no sé muy bien que contarte...ah, sí! se me ocurre que tal vez podría contarte un cuento porque yo sé que te gustan mucho. Me pregunto cuales son las palabras con las que tú me entenderás más. Yo no sé alemán, así que buscaré las palabras y las frases en español que yo creo más fáciles para ti, y así podré contarte uno, dos o tres cuentos…o mil! . Y aunque no te los pueda contar en persona porque no estoy ahí contigo, espero que mami lo haga con la misma emoción que yo lo haría.

Sabes? el otro día estuve con una niña muy linda. Todos los niños son lindos, pero cuando miras con los ojos del corazón, algunas niñas o niños lo son más. El corazón está en el pecho, sirve para muchas cosas, y una de las cosas más importantes es amar. Amar es cuando quieres mucho mucho mucho…y eso te hace sentir bien.

Estábamos en la playa y la niña me contó un cuento donde un caracol no podía ver, porque no tenía ojos… y así empezaba el cuento y así terminaba, bueno espera, creo que al final se casaba. Después, cuando volví a casa, yo pensé mucho en ese caracol que quería unos ojos para ver.
**
El caracol caminaba siempre solo por los campos, las huertas y las playas sin poder ver por donde iba, no jugaba con nadie y el pobre caracol se sentía muuuy solo…

Una vez, una niña que estaba jugando con todos los animalitos del campo, vio al caracol apartado y solo, corrió hacia él, lo cogió en sus manos y le preguntó:

- ¿Quieres jugar conmigo?

Y el caracol le respondió:

- No. No puedo ver! Nadie juega conmigo!Y el caracol se escondió en su casita.

Le dice la niña pensativa:

- Yo te he preguntado si quieres jugar conmigo, y tu respuesta no responde a mi pregunta.

Entonces se oye el eco del caracol que hablaba desde su caracola:

-No puedo ver, no tengo ojos, no puedo jugar como lo hacen todos.

Pero la niña insiste:

-Pero…tú quieres jugar?

Y el caracol tímidamente balbuceaba desde su casita:

-Sí que quiero! Pero es que… no… no sé…no puedo…

La niña se quedó pensando pues no podría jugar a pintar, ni con los muñecos, ni a “veo veo”, ni a muchos juegos… no se le ocurría nada, y pensó y pensó… dentro de su corazón tenía que encontrar la manera de jugar con el caracol, le parecía muy triste que no pudiese compartir la alegría de jugar…

hasta que al fin, tuvo una idea, sonrió y le dijo al caracol:

-Ya lo tengo!...escucha y acompáñame…

Entonces la niña empezó a cantar, a bailar…
llevando al caracol de su mano comenzó a saltar por las nubes, a volar por el cielo, … el caracol poco a poco asomaba la cabecita, oía cantar a la niña, sentía las gotitas de las nubes, y notaba el viento en su cara. Se sentía muy bien notando el calor de las manitas de la niña y la alegría que ella ponía en aquel juego. Se sentía tan bien que empezó a cantar y a bailar con ella…

y los dos se pusieron muy contentos…

Bailando y cantando, el caracol comenzó a notar un saltito en su pecho, y después otro y otro…"pum pum...pum pum" ¡su corazón estaba empezando a nacer! … y sabes que ocurrió?...¡que empezó a sonar la canción más bonita del mundo!
Y todos todos…los animales, las personas, las flores, los árboles, las estrellas… hasta la luna y el sol, se quedaron asombrados de la música tan, tan bonita que estaban escuchando… imagínate:¡todos se unieron a ellos y se pusieron a cantar aquella bella canción!

El caracol se sentía tan feliz que su corazón comenzó a crecer, sentía que latía con fuerza y crecía y crecía, primero le salió una mano, luego la otra, después dos piernecillas, luego la boca, una nariz, dos orejas y….dos ojos…¡dos ojos! …Dos ojos habían salido en su corazón! entonces, el caracol notó que comenzaba a ver…se sentía tan feliz! Al fin podía ver!

El caracol sonrió a todos y vio como todos le sonreían a él.

Dio un abrazo y las gracias a la niña por haberle enseñado aquel juego.Ahora, podrá ver para siempre porque había nacido y crecido su corazón dándole los dos ojos que antes no tenía. Nunca más volvió a caminar solo y siempre jugaba con todos.

Y ahora que quiero terminar el cuento, me doy cuenta de que no le he puesto los nombres a la niña y al caracol, ¡me gustaría que se los pusieses tú, mi linda! Y que si quieres contarme algún cuento… a mí también me gustan mucho y sobre todo, cuando me los cuentas tú.

Un abrazo fuerte y muchos besitos princesa!