miércoles, 12 de mayo de 2010

qué pena de esta opacidad!

Tantos ires y venires, señales confusas. Ni un solo indicio claro de lo que piensas o sientes por mí, por eso concluyo en un nada, o lo que es peor que un nada. Si no fuese así, sería importante que yo lo supiese, pues el fuego de mi volcán comienza a despertar y si no me tuvieses tan perdida te llamaría…para que…tras contemplar las estrellas,
incendiásemos
la noche
fundiéndonos
en ella
sin ti
sin mí
solo fuego
solo noche
... un todo