miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pobre jurel

Ya estoy enferma otra vez. Yo y mis catarros.
Algunas corrientes de filosofía china dicen que el órgano relacionado con la tristeza es el pulmón. Voy a tener que darles la razón.

Sobres de sopa de pollo. Aunque dudo que tengan el mismo efecto sanador que aquellas que me preparaban de pequeña.

Y también tengo antojo de pescado

Me da un jurel?
Un jurel?
Sí, uno.
Uno solo?
Sí, sí, uno solo.

Pues no sé por qué te haces la sorda, o te choca tanto, si son júreles más bien grandes. ¿Tan raro es el ser solitario, que hasta se mira con asombro a un (1) puñetero jurel muerto? Pobre jurel, si es que él no tiene la culpa, la culpa es mía por hacerle pasar por este apuro.

Ese… sí, el más pequeño.
Le falta un ojo, debe de ser por la manipulación...pero...es fresco, eh?
Perfecto ese.

Murió hace unas horas y lo dejaron chosco… y ahora está solo, en manos de una depredadora griposa que disfrutará devorándolo.

Esta gripe viene a rematarme, apenas logro pensar con claridad, y mermo, mermo, mermo si es que algún día tuve, mi poca capacidad intelectual… creo que me estoy convirtiendo en un jurel chosco y muerto.
La calles están desiertas. Las obras en la carretera han llegado a esta altura, la letanía de los coches de esta siempre circulada ha parado. En la noche todo se queda silencioso, y eso es extraño aquí, ya me había habituado al ruido, quizás por eso no duermo… y por la fiebre… y porque soy un jurel.
Pobre, le faltaba un ojo, y tenía la boca entre abierta… creo que quería comunicarse conmigo desde el más allá. Me temo que la gripe ha coartado mis habilidades de médium, no conseguí conectar con él. Seguro que su intención era de la de hacerme una sopita para mi resfriado o darme alguna nueva receta. Pobre jurel, al final tuve que freírlo, la única receta que sé.

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