sábado, 10 de enero de 2009

palabras no consuelo

Este día en calma ya se va para nunca más volver, otro de tantos que vimos amanecer.

Frío día de invierno, te paseo con un incierto pensamiento en un paisaje teñido por la luz de esta luna llena. Mientras en el río se deslizan las aguas, suelto mi alma que quiere dejar de sentirse estancada y ser la que va fluyendo tranquilamente por este cauce, por el que se va y ya no se vuelve más.

Vuelve ese pensamiento, de lo que quiero pero no puedo, que todavía no sé por que me duele tanto lo ajeno.

Hoy quisiera ser poeta y poder hacer una dulce madeja de palabras bálsamo para almas, sin embargo, sé que no lo conseguiré.

Tejer una madeja de dulce lana y tiernas palabras que penetrase en tu mirada y te abrazase en la nada, acariciando el amor de tu ser en suave calor…susurrarte que todo pasa o que no pasa nada, que la vida tanto va como viene, buscar entre mil cuadernos de mil verdades y hallar las palabras capaces de abrazarte y consolarte.
Pero no puedo, pues ni mil madejas de tiernas palabras, de bellas estrellas o ciertas verdades podrían secar la cuarta parte de la lágrima que brota sincera, cuando de verdad, es el ser lo que duele.

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