Los perdidos ecos tenebrosos

No podía creérmelo, había dejado olvidados en la oficina los papeles donde tenía anotados algunos de mis ecos tenebrosos, aquellos pobres censurados hasta por mí. La imagen de los jefes y de mis compañeros leyendo aquellas notas con su cara estupefacta por descubrir aquellos túneles oscuros que ahora justificarían mi rareza en sus cabezas cuadriculadas… esa imagen me persiguió toda la noche… no pude dormir…
Esta mañana los busqué, como si se tratara de la única llave que existe hacia el paraíso. Revolucioné todo el caos allí montado… y no estaban. ¿Quién podría haberlos encontrado? Me senté en la silla mirando la pantalla, mientras una furia resignada se acomodaba en mi cabeza. En apenas un minuto una extraña fuerza me llevó hasta la otra esquina del despacho…allí pude ver un bolso colgado en la percha, un pequeño bolso negro con cinco cremalleras. La puntería me llevo a aquel más pequeño y disimulado…y… ¡eureka! allí estaban.
¿Cómo iba a suponer que aquellos papeles estarían en aquel pequeño bolsillo de mi bolso?