jueves, 8 de octubre de 2009

La casa, mi casa.

Hoy he cogido el día libre, estoy en casa y parece que la tranquilidad ha venido a visitarme. Ordenaré cosillas, que buena falta le hace a este mi hogar. A la tarde he quedado con los albañiles para hacerme el presupuesto.
La casa fue construida en 1893. No sé muy bien las fechas, pero supongo que poco después de aquel año, un tío de mi abuela que había amasado una gran fortuna en la Habana regreso a su pueblo natal y compró uno de los mejores lugares. Una buena situación, una buena casa con sus construcciones adosadas para resguardo de aperos de labranza, de la ganadería y las cosechas. Una casa con mucho terreno que trabajar. En eso consistía la riqueza por aquel entonces en esta zona. Recursos para explotar. Se casó con una joven sobrina, hermana de mi abuela, no tuvieron descendencia, ella murió joven. Mi abuela tuvo la suerte entre más hermanos y hermanas de abandonar la pobreza en la que vivía e irse a vivir con ellos. La casa fue para ella. Mi abuelo la dejo embarazada y se fue para Cuba, allá por los años 20 y 30, hizo fortuna, pero no tanto como los que se habían ido las décadas anteriores. Cuando regreso, se caso con mi abuela, de ahí tuvieron una larga descendencia. El se hizo el señor del lugar. A menudo me cuentan historias de él. Era un personaje querido y respetado. Era honrado… por ejemplo, una frase de él era que “la palabra de un hombre ha de valer más que cualquier letra sobre papel”. Implicado en las causas sociales por el bien de todos, ayudaba a los más desvalidos y muchas veces en casos de reyertas lo llamaban a él a modo de juez, su palabra jamás era puesta en duda. Es increíble la de cosas que pasaban antes, al menos en los pueblos. Me contaron de un hombre que se quería casar con cierta mujer. Ella era un “alma libre” no dispuesta a atarse a uno. El hombre la secuestró, la llevo para su casa y la encerró en una pequeña construcción. Estaba enfermo de amor por ella. La familia recurrió a mi abuelo, sabían que era el único que podía hacer algo, como siempre, por las buenas. Sé de gente a la que le cedió viviendas, animales, terrenos… cuando las situaciones de precariedad llegaban a extremos. Señores que enviudaban con muchos hijos, señoras que habían perdido sus familias y no les quedaba nada. Y es así, aunque esto solo es una mención superficial, parece mentira que hace un casi nada nuestra sociedad haya pasado por situaciones tan duras y en muchos casos de miseria. Los de ahora ya no sabemos nada de lo que fue, salvo los que ponemos en nuestra imaginación un ápice de lo que debió de haber sido para ellos cuando escuchamos a esta gente con tantas ganas de contar su historia. Eso sí, pese a todo, la gran mayoría considera que antes sabían pasarlo mejor y disfrutaban más los buenos momentos que las nuevas generaciones.
La casa dio cobijo a mucha gente, familiares sobre todo que no tenían donde caerse muertos. Mis abuelos intentaron dentro de sus posibilidades hacer el bien a aquellos que lo necesitaban. La casa adquirió mucha personalidad, mucha vida paso por dentro de sus paredes. Los hijos emigraron…idas y venidas, casamientos, muertes, nacimientos… la vida continuo con sus ires y venires, sus tejes y manejes… hasta hoy, al menos, día en el que estoy yo aquí, a solas en esta casa, cosas de la vida…esta casa ahora está en mis manos, y yo me dispongo a darle una reestructuración en condiciones, una nueva personalidad.
Yo no conocí a mi abuelo, nací un año después de su muerte, y mucho menos al señor que compró la casa. Quien les diría que con el paso del tiempo la historia de esta casa estaría en manos de alguien como yo. Quien les diría lo que es ahora la sociedad y como ha avanzado el mundo. Pero eso da igual, forma parte de la historia dentro de la historia…y hay tantas historias!
En fin, en parte me alegra llevar a cabo mi proyecto, que espero que evolucione hacia algo más humano con el paso del tiempo si mi economía me lo permite. Y por otro lado me da un poco de “morriña” deshacerme de los detalles que forman parte de la historia de la casa, parte de mi infancia, de mi adolescencia, de la vida con mi madre… de los años que viví con él (esta la que menos, no sé ni para que la menciono).

En fin, dando pasos.

9 comentarios:

Susi DelaTorre dijo...

Algunas casas tienen su propia historia, nada que ver con la simpleza de un piso con hipoteca, ( por mucho que se sacrifique uno por lograrla pagar ), si no historias de vidas, de sentimientos, de vivencias que parecen que la hacen un personaje importante durante generaciones.

Y ahora la tienes tú...

Eres afortunada. Besos, Pasajera!!

Meiguiña dijo...

Comienza tu historia en esta casa, sin olvidar su pasado pero hazla tuya, sientela y vivela, paso a paso querida amiga.

Biquiños meigos

Máximo Cano dijo...

Me gusta la historia y la forma de contarla.

Volveré

Vagamunda dijo...

La casa, tu casa tiene vida y parece que ha elegido estar contigo. Con tanta "personalidad" necesita un cambio de aires para seguir siendo lo que fue... así que se ha puesto en buenas manos ;)
Es estupenda tu manera de contarlo y de relacionar la historia, tu historia...
Besos mi linda

pasaxeira dijo...

Lasosita… afortunada, aunque me trae bastantes quebraderos de cabeza, es una obra muy grande y tb tendré mis sacrificios económicos. Si es que la mayoría estamos todos igual de pillados.
Besossss

Meiguiña, eso es lo que quiero pero a veces me cuesta tanto, quiero hacer mi historia y no verme atada por cosas materiales o inmateriales. Intentaré sentirla y vivirla. Creo que me vendrá bien, una vez pasado todo, este cambio. Pero pasará más de un año hasta entonces.
Besiños rula!

Maximo Cano… bienvenido y gracias! …cuando quieras, pero no siempre escribo igual.

Vagamunda, gracias mi linda! Pues sí que va a llevar un cambio de aupa… espero poder con él… esta casa pasará pagina o cerrará el libro para comenzar otro… y yo con ella. Entre tantos nietos que somos, aquí estoy yo… sin saber muy bien como.

Un abrazo!

Marisa dijo...

Organiza tu casa
y disfrútala todo
lo que puedas.
El cariño de tus
mayores anida en tí,
te dará fuerzas.

Moitos biquiños.

una más... dijo...

Me ha encantado esta entrada en la que he creído sentirme dentro de un cuento, como cuando mi abuela me contaba historias cuando era pequeña..
Reforma, todo lo que puedas, lo importante aunque cambie por fuera, lo seguirás conservando por dentro..
Un abrazo mi niña!! Feliz finde..

ALBINO dijo...

Describies la tipica casa que en galicia llamamos "del indiano". Siempre me gustaron mucho pero, logicamente, reconozco dos cosas relacionadas con el dinero. P^rimero, que no la puedo comprar y nunca tuve de quien heredarla y segundo, que aunque la comprase, nunca la podría actualizar de forma que no perdiese su estructura, si ambiente.
Pero de verdad que me das envidia.
Besos

Unknown dijo...

SUERTE MUCHA SUERTE!!!

con ese proyecto y sobre todo con las obras, no dejes que te hagan olvidar lo bonito del proceso por lo traumatico de la ejecución

mucha fuerza positiva y un abrazo